13.12.13

La magia del vestido en la meca del cine


En el cine, como en la vida, se pueden analizar muchos aspectos. Hoy pasaremos a echar un vistazo al vestuario, en concreto, a los vestidos más icónicos de la historia del cine.

Algunos vestidos están unidos a la imagen de una actriz determinada, inolvidable el diseño que Givenchy hizo para Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes. Sin embargo, mucho antes de que Holly Golightly se levantara a desayunar frente a Tiffanys, otros diseñadores triunfaban en un Hollywood aún imberbe, véase Travis Banton, Orry Kelly, Adrian o la mítica Edith Heat.


El primero, jefe del departamento de diseño  de Paramount Pictures y uno de los más importantes modistos del Hollywood de los años 30, vistió a estrellas de la talla de Marlene Dietrich y Carole Lombard con vestidos ajustados y suntuosos. 


Orry Kelly, ligado a otro tipo de actrices, vistió a Bette Davis en Jezabel, a la siempre impresionante Katherine Hepburn, a la encantadora Ingrid Bergman en Casablanca y a Marilyn Monroe en Con faldas y a lo loco. 






















Siguiendo con el repaso, Adrian, el más importante diseñador que tuvo la Metro-Goldwyn Mayer, vistió a Greta Garbo en 17 de sus películas, dándole una imagen embrujadora. Además, también a otras actrices como a Katherine Hepburn en una de las mejores comedias de la historia del cine, Historias de Filadelfia.


Continuamos con la legendaria y oscarizada Edith Heat, ganó en total 8 estatuillas de sus 36 nominaciones.  Cuenta la leyenda que llegó a Hollywood con una carpeta llena de bocetos hechos por sus alumnos, pero una vez contratada por la Paramount –que junto con la Warner fueron para las que más trabajó- demostró con creces su valía. Su primer Oscar lo ganó vistiendo a Olivia de Havilland en La Heredera. Vistió a una deliciosa Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma, y a partir de esta película Billy Wilder confió en ella para que vistiera a la actriz en Sabrina, aunque sólo en las ocasiones informales; los vestidos de gala corrían a cargo de Givenchy. 


William Travilla tuvo como musa a la sensual Marilyn Monroe, ambos muy amigos. Dio a la actriz esa imagen tan irresistible que a día de hoy es inolvidable. Por él fueron creados el vestido rosa sin tirantes de Los caballeros las prefieren rubias o el vaporoso vestido blanco de La tentación vive arriba


Otro de los vestidos más famosos, protagonista del primer y más memorable “striptease”  del cine, fue el que llevó Rita Hayworth en Gilda, hecho por Jean Louis. Un vestido en satén negro en contraste con la melena pelirroja más bella del séptimo arte. Inmortal.


 Y para terminar, uno de los diseños del gran maestro de la alta costura, Givenchy, para su gran musa, Audrey Hepburn. Un vestido de cuento de hadas para Sabrina, que pasaba de ser un patito feo a toda una princesa en la mansión Larrabee.


Publicado por Miriam.


No hay comentarios:

Publicar un comentario